La
elección de alcalde de Quito se plantea dentro de un contexto político que
afecta no sólo a lo local. A nivel mundial, y regional en particular, existe la
disputa entre proyectos progresistas y el gran capital transnacional. El
capital gobernó sin contrapeso por muchos años, buscando altas rentas para
grupos económicos, pero generando pobreza y desigualdad. Esta realidad es
evidente en el proceso electoral que vive la capital del Ecuador, ciudad-región
donde se construye la sede de la UNASUR. En entradas anteriores, se
reflexionó sobre los dos candidatos con mayor intención de voto (aquí),
y sus propuestas (la del movimiento SUMA, aquí;
y la Augusto Barrera, aquí y aquí).
Son dos visiones que parten de principios completamente diferentes.
Augusto
Barrera plantea un modelo que fomenta el derecho a la ciudad, la recuperación
del espacio público para todos, y el fortalecimiento de la autoridad pública.
El proyecto de ciudad está vinculado a un modelo de sociedad, la del Buen Vivir,
con inclusión y equidad económica y social; y va de la mano (son
interdependientes) con las transformaciones a nivel nacional y regional. El
Ecuador no puede cambiar si no cambian sus cantones, y viceversa. Se requiere un
solo proyecto. La propuesta parte desde los logros, pendientes y limitaciones
dadas en los años pasados. Se están solucionando problemas estructurales de
décadas, lo que requiere tiempo y decisión. Se piensa una ciudad para vivir,
para el Buen Vivir. Se cambió la estructura municipal, recuperando autoridad e
integralidad en la política pública. La continuidad del proyecto es clave para
la ciudad. Se requiere celeridad y excelencia en obras, y en toda la acción
municipal. Todos los actores deben ser parte de esa construcción.
Por su
parte, el movimiento SUMA, fue creado como plataforma para Mauricio Rodas, quién
fue miembro del Partido Social Cristiano, y vivió fuera de la ciudad y del
país. Su intención es llegar a la presidencia de la república. Algo poco
probable después de haber alcanzado menos del 4% en las elecciones pasada
(febrero de 2013). Ahora busca mantener con vida a su movimiento, y dar un “trampolín”
con la alcaldía de Quito. En 2017 volvería a participar en las elecciones
presidenciales, dejando en la alcaldía a su nuevo aliado, Antonio Ricaurte.
Este último está siendo investigado por inconsistencia tributarias
(declaraciones y pagos de impuestos, no “cuadran”).
Las
propuestas de SUMA son generalidades, al punto que ofrece, incluso, cosas que
salen de la competencia municipal o que ya existen. El mayor discurso, con la
demagogia del caso, se centra en la reducción de impuestos y multas. Reducción que
iría en beneficio (y no mayor) de quienes más tienen, y de quienes incumplen la
normativa de convivencia. Es un modelo de “deje pasar y deje hacer”; de esa
manera se genera una ciudad segmentada, sin autoridad, donde el capital privado
se apropia de la ciudad, de la renta del suelo y de los sentidos. No es una
ciudad para vivir, sino para el negocio. Es el modelo de ciudad
que el Partido Social Cristiano (PSC) ha fomentado, por cerca de veinte años,
en Guayaquil. Una ciudad donde la exclusión es el denominador común, pero que
sirve al negocio privado.
¿Qué
motiva a Mauricio Rodas a ser candidato a alcalde? Lo dicho, lograr una
plataforma para sus aspiraciones presidenciales. Pero aunque se presente como
un “iluminado” (que no lo es) que regresa a salvar a la patria, es importante
tener en cuenta sus conexiones con el partido social cristiano y la banca
ecuatoriana, así como con Capriles en Venezuela, la Fundación Ethos (financiada
por la derecha de México y vinculada a la CIA) y con el capital transnacional. Más sobre los vínculos de Rodas aquí. Estos son grupos
que, siempre, han posicionado “reducir impuestos”, para captar votos, y así defender
los intereses del capital, no los de la gente. Con Mauricio Rodas, Quito se
convertiría en plataforma para elecciones futuras, pero además, en un espacio
para atacar las transformaciones progresistas que vive el Ecuador y la región.
No es en vano, que Guillermo Lasso y CREO pactaron con SUMA, para no tener
candidato en Quito. La elección es todos contra Movimiento PAIS, el capital
contra el ser humano (como proyecto).
En
Quito, la contienda electoral supera lo local (sin restar su importancia, sobre
lo que se reflexionó en las entradas anteriores). Que el voto tenga conciencia
de que se juega no sólo un modelo de ciudad, sino de sociedad, y no sólo para Quito,
sino para el Ecuador, y la región.
Cuando publique una nota no estando parcializado le creo. Si quieren dar un contexto objetivo no se pongan de un lado no más y se vuelvan publicistas vendedores y repetidores de lo que dice el oficlalismo, Investiguen y no se parcialicen
ResponderEliminarEstimado Daniel, muchas gracias por tu comentario. La información sale de la investigación. Las conclusiones salen del análisis de la información, misma que es verificable, eso es objetividad. Y la investigación sirve para sacar conclusiones. Saludos.
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