En Quito se
vive la campaña para las elecciones de alcalde y concejales/as. La votación
será el próximo 23 de febrero. Esta es la cuarta de una serie de entradas que
reflexionan sobre los planes de trabajo presentados por dos candidatos a la
alcaldía de Quito. En la primera publicación se presentó a los candidatos y la
visión de ciudad que transmiten en sus planes de trabajo (aquí), en la segunda se analizó la propuesta presentada por el candidato del
movimiento SUMA (aquí), y en la tercera se reflexionó en
base al informe de gestión presentado a la ciudadanía, por el actual alcalde y
candidato a la reelección, Augusto Barrera (aquí), como introducción a esta entrada en
la que se reflexiona sobre el plan de trabajo 2014-2019 de Augusto Barrera y
MPAIS (la propuesta, aquí).
El plan de
trabajo presenta 70 propuestas, organizadas en cinco ejes: 1) “Orgullo de ser
quiteño/a. Quito capital – región – patrimonio de la humanidad” que contiene
ocho propuestas (11%), con temas que incluyen a la economía regional, el
fomento turístico, la revitalización del Centro Histórico y temas de identidad.
2) “Igualdad de oportunidades. Quito del Buen Vivir y derecho a la ciudad” con
19 propuestas (27%) y temas que abarcan seguridad y convivencia, erradicación
de la pobreza, salud, inclusión social, regularización y recuperación de
barrios y fomento económico. 3) “Territorio sustentable, conectado y ordenado”
con 16 propuestas (23%) aborda el ordenamiento territorial, la consolidación de
centralidades, la revitalización urbana, el sistema de parques y corredores
ecológicos, la red de espacios públicos, el fomento de la cultura, la
recreación y el deporte, el acceso a Internet en espacios públicos, la gestión
integral de los ciclos del agua y el aire y del ruido, la movilidad
inteligente. 4) “Ciudad vida, educación, cultura e innovación” con 13
propuestas (19%) incluye infraestructura cultural, construcción de cultura de
paz y solidaridad, promoción de la creatividad y la diversidad, educación,
alfabetización digital, e innovación social y empresarial. 5)
“Institucionalidad para el Buen Vivir” con 13 propuestas (19%) abarca la
modernización y transparencia de servicios públicos, la participación ciudadana
y la eficiencia en la gestión municipal y de empresas públicas. Finalmente se
incluyen mecanismos de rendición de cuentas.
Entre las
propuestas que plantean la profundización y continuidad, de procesos en marcha,
se encuentran la revitalización del Centro Histórico (que incluye su
habitabilidad), y ampliar los procesos de protección, recuperación,
valorización, difusión y conocimiento de los acervos patrimoniales (no en vano
Quito es patrimonio cultural de la humanidad). Se piensa Quito no solo como
ciudad, sino en un contexto regional e internacional. En este marco, se plantea
la consolidación de una centralidad administrativa y turística desde el
complejo de UNASUR, en la mitad del mundo (que incluye la revitalización de San
Antonio) y que, junto a otros avances y reconocimientos, permite posicionar a
Quito a nivel suramericano.
Se señala,
además, la promoción de una cultural libre de violencia y discriminación, la
organización social y comunitarias para la seguridad en diferentes escalas
territoriales, y consolidar espacios públicos seguros. La gestión integral de
riesgos se plantea desde procesos participativos de prevención y preparación,
así como la construcción de obras de mitigación. Por su parte, la inclusión fue
una bandera de trabajo en el periodo pasado, y ahora se plantea ampliar el
programa de atención a adultos mayores “60 y piquito” y fortalecer el programa
“JóvenesQ” para trabajar junto a jóvenes y adolescentes.
Un logro
indudable de la administración que termina fue la regularización de barrios,
con el efecto en la calidad de vida que ello implica. Se han regularizado más
de 300 barrios en cuatro años, antes se hacía 10 por año. La profundización que
se propone es llegar al 100% de barrios, y contar con un fondo específico para
construir y mejorar accesos, y mantenimiento vial. De esta manera, se plantea
formalizar la tenencia de tierra, dando seguridad y tranquilidad a miles de
familias. Además, se plantea construir, mejorar y rehabilitar todos los accesos
a barrios y calles, ampliar espacios públicos y mejorar la iluminación, ampliar
la cobertura de transporte público y fortalecer la identidad.
La
consolidación de centralidades es imprescindible para la planificación de una
ciudad que se piensa como espacio para vivir. La propuesta establece tres
escalas: metropolitano, zonal y barrial. El ordenamiento territorial, se
plantea para el crecimiento sostenible de la ciudad, mediante la ocupación de
suelos vacantes, la revitalización de barrios y la provisión equitativa de
transporte, áreas verdes, de equipamientos, comercios y servicios en todo el
territorio, y la (re)generación de espacios públicos que incluyen parques
(metropolitanos, sectoriales y barriales), bulevares, plazas y plazoletas, con
equipamiento inclusivo y de calidad. Se plantea que todo espacio público tenga
acceso a Internet y aplicativos inteligentes (mediante alianzas
público-privadas). Esta propuesta se complementa con la generación de un
sistema integral de servicios sociales, en coordinación con todos los niveles
de gobierno, a fin de facilitar información, acceso y atención a todas las
personas.
Se propone
una ciudad verde y sustentable consolidando el sistema de áreas protegidas, la
recuperación de cuencas hídricas, la construcción de plantas de tratamiento de
aguas residuales (¡por fin!) que permitan contar con ríos y quebradas limpias;
se plantea reducir al menos en 10% los gases originados por consumo de
combustible fósiles, y la contenerización de residuos en toda el área urbana, y
la adecuada separación y reutilización en todo el distrito metropolitano. La
propuesta se complementa con la promoción de sistemas de servicios básicos que
reutilicen agua y residuos. Se proponen, además, proyectos de reciclaje e
incentivos tributarios para la reducción de la producción de residuos
industriales y comerciales.
En lo
institucional se propone consolidar la modernización y transparencia, la
participación ciudadana, una ciudad digital y la eficiencia de las empresa
públicas. Se propone consolidar un sistema de servicios de trámites municipales
integrado que permita la gestión a través del Internet, pero también generar
centros de servicios integrados en El Labrador, La Magdalena y Plaza Quitumbe
(vinculados a la construcción de centralidades y conectividad del Metro).
Adicionalmente, se plantea mejorar la página Web del Municipio a fin de generar
un espacio de acceso a toda la información municipal, realizar trámites y
propuestas y responder a consultas de la ciudadanía. La propuesta “calidad del
gobierno abierto” plantea la eficiencia y eficacia de la gestión municipal,
medida en tiempos de respuesta a las necesidades de la ciudadanía.
En
coherencia con la propuesta de ciudad que se plantea, la movilidad se piensa
desde las personas. La movilidad es un problema latente y creciente en Quito.
El tráfico vehicular aumenta con el crecimiento del parque vehicular, y repercute
en pérdida de tiempo y reducción de la calidad de vida. Por su parte, el
crecimiento de la población y la necesidad de largos desplazamientos hace que
el transporte público no tenga la calidad que todos/as queremos (ir como
“sardinas” dentro de un vehículo que se conduce sin mayor control, está lejos
de lo que se espera). La necesidad y distancia de desplazamiento se define por
el ordenamiento territorial y la generación de centralidades (espacio dónde se
vive, comparte, juega, descansa, trabaja, estudia y accede a servicios y
equipamientos). Consolidar nuevas centralidades permite cambiar el patrón de
movilidad, reduciendo la distancia y la necesidad de desplazamiento. Otro
factor de importancia es el medio de transporte que se utiliza. La propuesta que
se plantea es la de un sistema integrado
de movilidad, priorizando el transporte colectivo por encima del privado; y se
complementa con el fomento del uso de medios no motorizados como la bicicleta,
y para ello el primer paso es ampliar y consolidar la red de ciclo vías y su
conexión con el sistema de transporte público colectivo.
El sistema
integrado se consolida con la primera línea del Metro (de Quitumbe a El
Labrador). Propuesta bandera de Augusto Barrera, y en la que se han logrado
avances en la elaboración de todos los estudios necesarios, lograr el
financiamiento, y ya se tiene un 54% de avance en la Fase I que incluye las
estaciones de El Labrador y La Magdalena. Críticas, de otros candidatos, a la
ruta, han sido aclaradas públicamente; otras que señalan que no se ha iniciado
la obra no caben en un contexto que es evidente para todos/as quienes vivimos
en Quito (la obra física se puede ver, y resulta difícil imaginar iniciar la
construcción de un túnel sin paradas, ni accesos a la maquinaria). Por otro
lado, otros candidatos han hecho públicas su oposición técnica y financiera al
proyecto, lo que sin duda causaría retrasos a la obra (en el mejor de los
casos).
El Metro es
importante, pero no es todo el sistema. Este se complementa con los corredores
exclusivos del Metrobús-Q, Ecovía y Trole y los servicios de alimentadores hacia
barrios (que se amplían junto a la regularización y la construcción y
mejoramiento de accesos y vías), así como con la construcción del eje desde El
Labrador hasta Calderón, y los ejes de conexión del Metro con los valles de
Cumbayá, Tumbaco y Los Chillos. La propuesta pone como meta solucionar el
problema de movilidad de Quito con la inauguración de la línea uno del Metro
(finales de 2016, o a más tardar inicios de 2017). Es importante ser claros, la
propuesta no es solucionar el tráfico de vehículos privados (si cada persona
usa su vehículo, en un espacio físico limitado, es imposible que no exista
tráfico), lo que no se ha logrado en ninguna ciudad del mundo (si no me cree,
investíguelo), sino garantizar la movilidad con medios de transporte colectivo
de calidad.
Por otro
lado, se requiere mejorar la infraestructura vial, y su mantenimiento. Entre
otros proyectos, se encuentran la interconexión Monjas-Vicentina, el
intercambiador de la Granados y Eloy Alfaro, y reforzar el sistema de
rehabilitación y mantenimiento vial, creando un fondo especifico para el mantenimiento
de vías. Los baches deben desaparecer en Quito; pero debemos entender que los
problemas de una ciudad (que son muchos) no se resuelven en cuatro años. Finalmente,
el control del tránsito, transporte y seguridad vial es una competencia que el
municipio adquirió recientemente, a finales de 2013, y se están implementando
recursos tecnológicos que permitan la gestión inteligente de la movilidad.
En cuanto a
desarrollo productivo y trabajo, es importante señalar que estas no son
competencias exclusivas de los GAD Municipales; pero sin duda hay facultades de
promoción, y es un tema fundamental para la construcción de ciudad. La
propuesta presentada por Augusto Barrera incluye desarrollar la Zona Especial
de Desarrollo (ZEDE) con la provisión de grandes infraestructuras que permitan
hacer del nuevo aeropuerto una centralidad de articulación regional. La infraestructura
vial son fuentes de generación de empleo, y promueven la competitividad de la
ciudad. Por ejemplo, el Metro genera 3.000 puestos de trabajo en su
construcción y 800 en operación, al tiempo que reduce el tiempo necesario para
movilizarse de un lugar a otro.
La
propuesta de Augusto Barrera, de desarrollo productivo, va de la mano con la
transformación de la matriz productiva a escala nacional. En este sentido, se
plantea apoyo decidido de la municipalidad a la industria y la innovación. En
fomento del turismo se plantea como meta llegar a un millón de turistas
extranjeros al año, en Quito. La propuesta de promoción e incentivo de la
economía incluye acceso a capacitación, profesionalización, tecnificación y financiamiento,
establecer mercados inclusivos y fomentar la formalización. Además, se plantea mejorar la tramitología municipal con herramientas informáticas, y visitas directas a os negocios desde el Municipio. Por otro lado, la
propuesta de lograr el bachillerato pleno en el Distrito (además de ser un fin
en sí mismo), aumenta la productividad de la ciudad, y se complementa con las
propuestas de innovación social (trabajo colaborativo y cooperativo),
innovación empresarial (en procesos y productos) y la de E-emprendedor que se
suma a los procesos de asesoría y acompañamiento técnico existentes. En la propuesta
se señala, además, la importancia de fortalecer alianzas
público-privadas-comunitarias, sin perder la autoridad pública para el fomento
del bien común. Más sobre la propuesta productiva aquí.
La
propuesta de Augusto Barrera, es la única que aborda la erradicación de la
pobreza. Esto es una prioridad nacional, y un imperativo categórico (algo que
puede y debe ser hecho). En el marco de las competencias de un GAD Municipal se
plantea lograr cobertura universal de servicios básicos, garantizar el acceso a
educación de niños/as y adolescentes (hasta el bachillerato pleno), y generar
hábitat y vivienda digna. Estas propuestas se enmarcan en la erradicación de la
pobreza por necesidades básicas insatisfechas, NBI (¿Qué es NBI?, aquí). Pero la propuesta no se queda
allí; se plantea erradicar la desnutrición infantil y ello se relaciona con
superar la pobreza extrema por consumo (alimentos). Por otra parte, las
propuestas de desarrollo productivo y trabajo, que tienen una meta de crear 50.000
nuevos empleos, y la formalización (que ataca al subempleo) tienen impacto en
la pobreza por ingreso. Finalmente, desde una mirada amplia de erradicación de
la pobreza, la propuesta (en su conjunto) ataca la pobreza desde un enfoque
multidimensional, dónde se plantea generar oportunidades y garantizar derechos.
Un ejemplo es la salud, en dónde junto al Gobierno central se amplían servicios
y programas de prevención, pero también infraestructura y servicios que estaban
olvidados; ahora se construyen tres nuevos hospitales públicos.
Quito se
promueve como ciudad del Buen Vivir. Idea que moviliza y que se concreta en un
proyecto de largo aliento. Así como no se puede negar los avances de los
últimos años, es importante tener claridad sobre los temas pendientes, que son
muchos. En Quito donde la ciudadanía es fuertemente crítica, y en
ocasiones quejumbrosa, la propuesta de Augusto Barrera es una apuesta a la
continuidad y profundización de un proceso en marcha, que tiene importantes
logros, varios pendientes, una propuesta consistente y la oportunidad de que
nuevos actores se incluyan en la construcción de una ciudad para vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario