25 de marzo de 2012

Después de las marchas...

Recursos naturales, ambiente y desarrollo

Pasaron las marchas en el día del agua. La CONAIE hizo sentir su presencia y vigencia, y el apoyo de muchos/as ecuatorianos/as a sus demandas por el agua, la tierra y la vida. Lamentablemente, más allá de banderas de lucha que siempre movilizarán, no se traía una propuesta concreta. Algunos grupos “oportunistas” aprovecharon para hacer campaña electoral. El Gobierno y Alianza país, mostraron que su capacidad de movilización sigue presente e importante. Se refugió en las bases, decía algún titular. Es verdad, la base es el pueblo, y el pueblo el mandante. Sin embargo, no se presentaron propuestas concretas mas allá de “la minería no es mala” y “abajo los `golpistas´”. El país, en las calles se expresó a favor del Gobierno pero también, y esto es muy importante, se expresó a favor del “agua y la vida”. Dejando de lado el ambiente pre-electoral y enfocando el tema de fondo, las marchas del pasado 22 de marzo no son el final, ni el inicio, de una legítima demanda social.

Una oportunidad que no se puede dejar pasar. Esperemos que ahora se de el espacio para iniciar un debate de fondo sobre el modelo de desarrollo para el buen vivir. Esperemos que se de un proceso parar lograr acuerdo social sobre que significa el “buen vivir” y que es “defender el agua y la vida”. La iniciativa Yasuní ITT tiene apoyo mayoritario en el Ecuador, porque se han discutido los costos y beneficios, y se planteó una propuesta sin precedentes. El Ecuador es un país, con una sociedad, que es capaz de hacer la diferencia. El buen vivir es un concepto que se comparte pero que aún no se entiende porque no se le ha dado suficiente contenido, se lo está construyendo.

La explotación de recursos naturales, como la minería a gran escala, es una oportunidad para obtener recursos y aumentar la inversión social, invertir en ciencia y tecnología y otros medios de desarrollo. La “maldición de los recursos naturales” no es por tenerlos, sino por cómo se los utiliza. Por otro lado, la Constitución garantiza una serie de derechos que se deben practicar. La consulta previa, los derechos de la naturaleza, de los pueblos, comunidades y nacionalidades, de participación y el propio “buen vivir”. Se debe debatir si se quiere usar/preservar el patrimonio natural, para qué, dónde, cómo y en qué cantidad. Se tiene que definir como se usarán los recursos que se obtengan, cuales son los posibles impactos y las medidas de mitigación.

No se debe ser irresponsables en el uso de los recursos naturales y su impacto en el medio ambiente. La calidad de vida de todos/as está en juego, y no se puede pensar a corto plazo. Sin embargo, se debe entender que se requieren recursos para inversión. Sin duda hay alternativas. Depende del pacto ambiental, social y fiscal que se elija. El objetivo debe ser la reproducción de la vida. No se puede pasar por alto los derechos de comunidades en las zonas donde se encuentran los recursos. La participación ciudadana y la consulta previa son derechos constitucionales.

El Ecuador ha avanzado mucho en los últimos seis años, pero no se ha avanzado en el modelo de desarrollo rural, en el uso y distribución de la tierra, en la productividad del sector agrícola. Las leyes de aguas y de tierras siguen pendientes. La inequidad urbano rural no se ha reducido. La discriminación sigue siendo parte del actuar y hablar diario. La consulta previa no se ha profundizado en la práctica. La firma de contratos para minería a gran escala no se debió realizar sin antes contar con un marco legal socialmente aceptado. El agua es uno de los recursos más valiosos, proteger las fuentes de agua debe ser la prioridad.

Las manifestaciones que se vivieron fueron de izquierdas. Se evidenció su heterogeneidad, su diversidad, su riqueza. También se vio la posibilidad de movilización social que generen opciones de diálogo. Una vez “depurados” los oportunismos políticos, se dieron espacios de encuentro. El diálogo por la vida, la justicia y la equidad son el factores comunes. Se debe enfocar el debate, para manifestar la voluntad popular. No se debe confundir apoyar/rechazar al Gobierno con apoyar/rechazar la minería a gran escala. Son temas independientes. Antes de tomar posiciones se debe escuchar los argumentos.

24 de marzo de 2012

¿Qué ciudad queremos? ¿Qué ciudad hacemos?

Inseguridad, tráfico y otros males de la ciudad

La inseguridad ocurre ante los ojos pasivos de la ciudadanía. El camino más poblado, es el lugar más solitario. No los/as conozco, no me conocen, aunque vivimos o trabajamos en el mismo barrio. El tráfico es insoportable, la respuesta es adquirir más vehículos. ¿Acción racional?, ¿derecho de consumo? Mal de las ciudades. El tráfico y la inseguridad ocupan el debate público. Lamentablemente, poco se habla de sustentabilidad y solidaridad. Se exige más y mejores vías desde quienes prefieren y pueden pagar el uso de vehículos privados. Es el medio para movilizarse y protegerse desde una lógica individual. Se sigue pensando en la ciudad como espacio de producción, y no como el lugar donde se reproduce la vida. Se exige seguridad pero no se actúa cuando se la ve. Se lamenta ser espectador, agradeciendo no ser la víctima. Mala suerte para el/la otro/a.

Se piden soluciones viales frente al creciente uso de vehículos privados. ¿Vías exclusivas para cada auto? Los/as peatones se convierten en parte del paisaje que se observa por la ventana. No se los extrañará, si eso permite mayor velocidad de desplazamiento y eficiencia en el uso del tiempo. Se pierde el sentido de la ciudad. Si una persona cruza la vía, acelero. El espacio es de las maquinas, ya no de las personas. Quien no tiene auto compre uno, si no puede mala suerte. Acelero. Pero si puede, más tráfico. Entonces, más vías. Después, más autos. No importa si el costo es reducir espacios públicos, áreas verdes y la calidad de vida (ambiente, convivencia). No importa porque el objetivo es la eficiencia y la comodidad, no la vida en comunidad. No importa porque una minoría tiene “voz” y acceso a espacio de opinión, mientras la mayoría no forma parte del “debate”. El tráfico es culpa de los autos, es el precio (en tiempo) a pagar por su uso. El transporte colectivo, las ciclo vías, los espacios públicos y la creación de nuevas centralidades, en la planificación de la ciudad, garantizan movilidad y generan sustentabilidad. Más áreas verdes, más espacios públicos, más peatones, mayor convivencia crean una ciudad para vivir, una ciudad sustentable y solidaria.

Barrios, plazas, parques, bulevares, centros de comercio son los espacios donde coexistimos y hacemos comunidad. Lamentablemente, si se llenan de personas pero no de solidaridad y convivencia son espacios vacios. La delincuencia se esconde en estos lugares y se protege en la individualidad. Un espacio no es seguro por estar lleno de gente, lo es por la acción colectiva que nos protege en espíritu de reciprocidad y solidaridad. Combatir la inseguridad requiere eficacia por parte de la policía, eficiencia en el sistema de justicia, protección a víctimas y sanción a victimarios/as. Se necesita medidas de prevención, generar oportunidades para que delinquir no sea necesario, y garantizar sanciones para que delinquir no sea libre de riesgos. Hay mucho que exigir, y espacios para participar. Lamentablemente, la mayor impunidad viene de la falta de acción ciudadana. Cuando la delincuencia actúa los/as espectadores se “congelan” o apuran el paso. Cuando se dan espacios de participación, no asiste.

Lo fácil, lo lamentable es vivir encerrados/as y exigir soluciones sin preguntarse, ¿qué hago yo? La ciudad tiene muchos males y muchas virtudes. Pero la ciudad no existe si la gente que ocupa el espacio no la llena de vida y solidaridad. ¿Qué ciudad queremos? ¿Qué ciudad hacemos?

18 de marzo de 2012

Marchas y contra-marchas

¿Agua, vida, dignidad, desestabilización… y candidaturas?

El pasado 8 de marzo inició la autodenominada marcha por “el agua, la vida y la dignidad”. Convocada por una parte del movimiento indígena, la marcha inició en El Pangui (Zamora Cinchipe) y, llegará a Quito el próximo jueves 22 de marzo. Se tiene una idea clara, pero carece aún de propuestas concretas (existen proclamas generales, que mezclan varios temas y dependen de a quien se pregunte). En general se presenta la “reforma agraria para la soberanía alimentaria” como elemento movilizador. Esto incluye temas de agua, tierra, comercialización y economía popular, que también son parte del discurso y políticas del Gobierno. Aunque es verdad que el agro no ha recibido la importancia que requiere. Además, es cierto que la reciente firma de contratos mineros pone en discusión diversas posturas (e.g. recursos fiscales y empleo, modelo de desarrollo) que no han sido adecuadamente llevadas al debate nacional.

El agua y la vida son palabras que movilizan y movilizarán siempre (esperemos). Pero la marcha se da en un contexto político que nubla sus objetivos. Aparecen y se prueban candidaturas presidenciales, y la derecha se reúne y fanfarronea. Se puede decir que estos tres hechos (marcha, candidaturas y bravuconadas) no están directamente relacionados, pero si responden al mismo momento político. Opositores desde la derecha, la izquierda y otros lados aprovechan para medir fuerzas con miras a las elecciones de 2013. Por su parte, el Gobierno responde calificando de intento de “desestabilización”, y convoca a respaldar al régimen y a la “revolución”. ¿De qué?. Tampoco está completamente claro.

La Constitución establece la revocatoria del mandato. La derecha la intentó y fracasó. Desde entonces, ha intentado por cualquier medio desestabilizar al Gobierno. Las izquierdas, ahora hacen el juego a la derecha. “Divide y vencerás”. La marcha puede ser ingenua por el momento en que se da, aunque los contratos mineros la provocaron y trae demandas históricas. Lamentablemente se confunde con ensayos de candidaturas. Puede ser exagerado pensar en desestabilización en este momento, pero ingenuo no hacerlo. Hay muchos actores con intereses diferentes. En cualquier caso la movilización social es importante y necesaria. Esperemos que marcha y contra-marcha se llenen de argumentos. Esperemos que las propuestas (o su ausencia) de los diversos actores se usen para reflexionar el voto el próximo año. Esperemos que se genere diálogo (para la vida) que sustente el contrato social.

Para el diálogo minero, interesante el artículo de Manuel Chiriboga, en especial el párrafo final:
¿Qué hacer en este contexto? Me gustan las propuestas de Carlos Monge: necesidad de un diálogo nacional sobre minería; fortalecimiento independiente de las entidades que hacen evaluación de impacto ambiental; una ley de ordenamiento territorial sustentada en una estrategia de zonificación económica y ecológica y, por lo tanto, excluir ciertas zonas de la minería; cambios en los procedimientos de adjudicación de concesiones, que incluya supeditación al ordenamiento territorial y a las consultas obligatorias; y, una indicación clara de las competencias de los gobiernos descentralizados autónomos sobre minería. Esta propuesta contempla la posibilidad de parar ciertos proyectos en razón a los daños que producirían.
A la minería súmese el agua, la vida y otros como temas,  y el buen vivir como marco general.

4 de marzo de 2012

Dogmas, diálogo, economía y desarrollo

¿Habló el "patrón"?

Diario El Comercio publicó el editorial “Parroquianos, bien parroquianos”. El articulo habla sobre relaciones internacionales, integración económica y crecimiento económico. Pero sobre todo refleja los modos y tonos del debate actual. Esta reflexión comenta el artículo en las formas y argumentos.

Las opiniones han dejado de lado la necesidad de contar con evidencia que las conviertan en argumentos.  Ante la ausencia u omisión de "pruebas" las opiniones han tomado un giro hacia lo "dogmático". Posiciones de esta naturaleza no aportan al diálogo social, ni a la definición de políticas. Un ejemplo (antes de comentar el editorial de hoy) es el artículo “Por qué cae” (del mismo autor), del 11 de diciembre de 2011, donde se señaló que en el análisis sobre los determinantes de la reducción de la pobreza “[…] hay dos datos ausentes: el gasto público y el `gasto social´. Y están ausentes porque no explican ni el estancamiento ni la caída de la pobreza”. De esta manera se desconoce toda la literatura que explica la heterogeneidad en la elasticidad crecimiento-económico de la reducción-de-la-pobreza (e.g. Bourguignon, 2003). Además, sigue el mal general de hablar de pobreza limitándose a la privación de ingreso, desconociendo su multidimensionalidad (e.g. publicaciones de OPHI).

El editorial “Parroquianos, bien parroquianos” ¿hace notar el desdén del articulista hacia quienes son de las “parroquias”?. Entendamos las palabras como las utiliza el autor. Diferencia y menosprecia a quienes nacieron o viven fuera de la "ciudad" (en connotación de "modernidad" y “conocimiento”), y califica de ignorantes y ridículos/as a quienes no comparten su opinión. Compleja selección de palabras. ¿Se podría asumir que se lo escribió desde una posición superior de “patrón/a”, desde la “ciudad” y como dueño/a de “conocimiento” y “verdad”?

En los argumentos, el artículo señala que un país “importa” por su nivel de producción (su peso en la economía). Imagino, lo mismo se piensa de las personas (ya que los países están formados por ciudadanos/as). En este sentido plantea que el Ecuador debería definir su política exterior tomando en cuenta su mínima importancia en la economía mundial. Mejores argumentos podría usar para plantear su opinión sobre la política exterior. En cualquier caso mientras denota una posición de “patrón” hacia adentro, propone una de “siervo” hacia afuera.

En otro tema, el artículo señala que el impuesto a la salida de divisas nos “deja fuera del mercado financiero internacional”. Por suerte, dado el manejo y los efectos de ese “mercado”. Sin embargo, el acceso a financiamiento (que es lo relevante, más allá del gusto/disgusto por los "mercados") tanto público como privado es adecuado, en el sentido que se sigue obteniendo financiamiento para grandes proyectos de inversión.

El autor opina que este impuesto limita la inversión extrajera. La inversión extranjera directa, si bien ha sido volátil (sujeta a grandes proyectos) entre los años 2000 y 2010, muestra un promedio de ingreso mayor en 2007-2010 en comparación a 2000-2006 (Presentación Estructural 2011, BCE). Otra omisión en el análisis es sobre los beneficios de la inversión. Esta es necesaria para el crecimiento económico, nadie lo duda, pero su efecto en el desarrollo se genera cuando sus beneficios se quedan en el territorio (aldea, pueblo, región, país), caso contrario es una simple extracción de riqueza.

Finalmente, señala que en la “aldea” no se valora “crecer económicamente”. Imagino que se refiera a crecimiento económico, medido por el PIB. No se puede negar la necesidad de fortalecer la capacidad de producir bienes y servicios necesarios para satisfacer las necesidades y deseos de todos/as. Nadie critica eso. La critica es a la medición del desarrollo económico mediante el PIB, y no solo en el Ecuador (e.g. Stiglitz, Sen y Fitoussi). Además, el autor omite que los beneficios del crecimiento económico, en el desarrollo, dependen de la distribución primaria y la redistribución de la riqueza. Es decir de cómo el crecimiento sirve para mejorar la calidad de vida de todos/as.

El país requiere de forma urgente profundizar y mejorar el diálogo entre diversos sectores. Para esto es necesario dejar de lado posiciones extremas y dogmaticas, y fomentar dialogo de calidad sobre la base de evidencias. El respeto a las opiniones, así como el uso adecuado y responsable de sustantivos y adjetivos es parte de este proceso. Medios de comunicación deben fomentar con responsabilidad el uso de los espacios de opinión. El diálogo nos permite generar un proyecto de país, entendiendo que piensan los demás (pero no cambiando lo que se define democráticamente). Es importante insultar menos, escuchar más y argumentar con evidencia.

18 de febrero de 2012

Post-S.O.P.A.

Innovación, arte y “piratería”

Aunque la S.O.P.A. ha sido congelada de momento, el debate sobre "derechos" de propiedad y regulación de Internet no ha terminado. Ni debe terminar. En los últimos días, tanto América Economía como The Economist han publicado artículos sobre la post-S.O.P.A. y recopilan varios de los argumentos en debate (otras visiones se pueden encontrar por ejemplo, en lo referente a Gobernanza del Internet). Esta reflexión busca aportar algunos criterios desde una mirada económica a la discusión sobre "propiedad" intelectual y "piratería".

Proteger la propiedad intelectual y las patentes, desde la lógica económica, busca incentivar la innovación (asumimos que es buena, creo que hay acuerdo en esto). El conocimiento y las artes son bienes públicos, en la medida que no son exclusivos ni rivales. No hay nada que hacer con la rivalidad, ya que una canción, una pintura, un artículo académico o un “proceso” pueden ser escuchados, observados, leídos o utilizados al mismo tiempo por varias personas. Los “derechos” de propiedad y las patentes son la forma de generar exclusividad. Es decir, restringir el acceso, poniendo un precio. Claro, la efectividad depende de la forma en que se proteja este “derecho”.

Otra alternativa para garantizar la generación de estos bienes (cuando son deseables) es la provisión pública. Pero esto lo dejo, para no desviar el argumento central. Detrás de los “derechos” de propiedad hay una lógica de comportamiento. En un mundo de agentes maximizadores de dinero, nadie hará algo que no le genere réditos económicos. Pero también hay un argumento “ético”. Todos/as tenemos el “derecho” de que se nos reconozca nuestro esfuerzo. Algunos/as  (quienes ponen  recursos pero no el esfuerzo) aumentan el riesgo financiero.

Se debe tener presente que la razón para generar derechos de propiedad es garantizar que se produzcan ciertos bienes (ciencia, tecnología, arte, entre otro). El argumento de que un reconocimiento monetario es indispensable, no es verdad. Ciencia, tecnología y arte se ha hecho y se sigue haciendo por motivos que van más allá de la ambición por el dinero. Sin embargo, aunque no es indispensable si es necesario. Científicos y artistas (como todos/as) tienen el derecho a que se valore su esfuerzo y a obtener los medios para una vida digna. De lo contrario cambiarán de oficio, aunque sea parcialmente. El problema se da cuando el “precio” (en dinero) se fija muy por encima del “valor”, y entonces los/as “usuarios/as” no pagan, o no quieren pagar. Este parece ser el escenario, agravado por el Internet como medio que facilita el intercambio y acceso a ciencia, tecnología y arte. También a otras cosas y a mucha “basura”, pero eso es otro tema.

Artistas, en el caso de la música, pueden responder mediante presentación en vivo. Donde hay mucho más esfuerzo que en el correspondiente a la enésima copia de un CD. La producción y la primera copia, sin duda tienen mucho esfuerzo. En la danza y el teatro, la pintura, la arquitectura y la escultura, es evidente que un vídeo o una foto no se comparan con la obra. En el caso de la literatura, aunque existen copias de muchas obras disponibles en Internet las librerías siguen llenas. De la misma manera, los cines se siguen llenando a pesar de que adquirir una película (en copia “no oficial”) cuesta muy poco. Ahora bien, todo esto para quienes disponen de los recursos para acceder. El acceso al arte y el apoyo a los/as artistas debe ser garantizado desde lo público a fin de evitar barreras económicas (en producción y acceso). En este sentido, el argumento sobre la necesidad de fortalecer la protección de los “derechos” de propiedad, para garantizar el arte y el reconocimiento a los/as artistas por su esfuerzo, puede ser debatido.

El problema actual con las artes, en especial el cine y la música, no se da por los/as artistas. Quienes buscan, mayoritariamente, fortalecer la protección a los “derechos” de propiedad son grupos económicos multimillonarios (vale señalar que están ligados a artistas millonarios, en su mayoría). Son las grandes disqueras y estudios cinematográficos que a pesar de romper records en ventas cada año, pretenden seguir una lógica de maximización (de dinero) sin fin. Que quede claro que sus dueños/as no pueden quejarse sobre su estándar de vida, ni el nivel de incentivos que tienen para seguir produciendo (¿quieren más?).

El problema se genera cuando la lógica de promover el arte se pierde, y se reemplaza por la lógica de hacer dinero. Es tan perverso que se llega a plantear la criminalización (y el titulo de “piratería”) del acceso “no oficial” a música, series de televisión y películas, entre otros. Esta idea pone al “derecho” de propiedad intelectual, sobre el derecho a la libertad. Ridículo.

Lo peor, es que los/as principales interesados/as no son los que ponen el esfuerzo, sino los que “ponen” los “recursos”. Es evidente que se debe reformular la regulación sobre “derechos” de propiedad intelectual, en lo concerniente a las artes, para evitar abusos, establecer límites, proteger a los/as artistas, generar incentivos y promover el acceso por encima de la acumulación de dinero. Vale señalar, que el arte se promueve generando acceso, compartiendo, influyendo, inspirando, criticando. Además, el arte no puede y no debe ser beneficio solo de quienes pueden pagar. Eso radicaliza la exclusión.

En cuanto a ciencia y tecnología el tema tiene otras aristas, otro tipo de necesidades y riesgos. No son mayores ni menores, pero diferentes. Se debe promover desde lo público y lo privado para garantizar un ambiente de permanente innovación que sirva al desarrollo. Si bien esto no estaba en debate actual, tiene  relación con el argumento de la reflexión. En ciencia y tecnología la discusión debe ir hacia los mecanismos de promoción, y el enfoque entre ciencia y tecnología para el desarrollo o para la acumulación de riqueza como proyectos de inversión. Pueden ser compatibles. Pero se debe regular los límites y garantizar el acceso.

Se puede argumentar que mayor innovación se logra mientras más se comparte y difunde. Flexibilizar el acceso, si bien puede desmotivar la inversión, de unos pocos privados (grandes) también logra que nuevos actores empiecen a innovar. En el mediano y largo plazo más innovación se puede lograr con mayor numero de innovadores que con pocos (aunque grandes). Además es un tema de democratizar la economía, romper barreras de entrada y garantizar equidad de oportunidades. Cerrar las brechas de innovación entre regiones y países pasa por procesos de transferencia.

Finalmente, la innovación no se promueve solo por inversión privada (aunque es importante). Lo público debe fomentar la innovación mediante inversión directa, alianzas públicas privadas y generando el marco de regulación adecuado. Las universidades son un espacio natural para la innovación. Se debe pensar a las universidades como centros científicos y no solo como aulas de clase.

No hay una conclusión final sobre los "derechos" de propiedad intelectual, y menos desde una mirada rápida de ciertos argumentos. El tema requiere mayor profundización y evidencia (se puede encontrar en Internet, gracias al libre acceso). La conclusión dependerá de los objetivos, prioridades y valores que se determinen como sociedad. En cualquier caso es claro que se debe actuar ante iniciativas como la S.O.P.A., que lo único que defienden es el interés rentista de ciertos grupos económicos.

16 de febrero de 2012

Repercusiones: Caso el Universo

¿Qué será?... El Universo y lo que nos deja
Andrés Mideros Mora

A primeros minuto del día de hoy, 16 de febrero de 2012, la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) resolvió improcedente el recurso de casación (anular lo resuelto por la Corte Provincial del Guayas) presentado por diario El Universo. Las reacciones han sido las esperadas. Pero entre blanco y negro hay mucho que reflexionar sobre las implicaciones para el futuro. Además la historia está lejos de acabar.

En lo político es un paso importante para cambiar las estructuras de poder; para que quienes se pensaban intocables, por su posición económica y control sobre medios de comunicación, se den cuenta que la sociedad no se maneja a su antojo; para que se pierda el miedo, y quede precedente de que uno se puede defender legalmente cuando es agredido; y, para que el sector privado y sus intereses se vean forzados a implementar medidas de responsabilidad corporativa. Es urgente que lo hagan para que, de verdad (no en discurso), cumplan su rol social. En el caso de los medio de comunicación, para que de verdad (no en discurso) sean la expresión de la libertad de expresión. Es una pena que la responsabilidad y la ética no se fomente por iniciativa propia (la generalización es para argumentar, siempre hay excepciones).

La sentencia la determinan los/as jueces. Pero quedan importantes repercusiones. La responsabilidad coadyuvante resulta interesante, si se regula claramente para que no se aplique de forma subjetiva e indiscriminada. Pero es peligrosa y difícilmente justa si se aplica a responsabilidad penal. Cualquiera podría ir preso por delitos que otro/a cometió. Complejo precedente queda para el futuro. Por último la "honra" ya tiene precio, USD 40 millones (en total). Sin duda exagerado y sin justificativo. No se debería calcular el “valor monetario” de la "honra" en base al presupuesto que una persona maneja, o sobre el que se tiene alguna responsabilidad. La "honra" es de la persona no del cargo, oficio o posición económica. En cualquier caso el "daño emergente" y "lucro cesante" en este caso difícilmente llega a la suma mencionada. La sentencia es justificable porque se calumnió (es decir culpables). Pero la responsabilidad penal coadyuvante y el monto de indemnización dejan serias preocupaciones. De hecho la sanción penal (cárcel) de la injuria ya es un tema para debate. La libertad, de todos/as, debe ser protegida.

En lo institucional, lamentablemente, seguimos con un sistema de justicia que no genera confianza. No se puede creer en su independencia. Da miedo ver que se usen los tribunales para demostrar quién tiene más poder. Lo mismo pasó en Guayaquil. De hecho Jaime Nebot, tristemente, ha dicho que no le importa lo que digan los/as jueces. Da miedo, porque quién puede confiar en el sistema de Justicia, si al parecer es un espacio solo para poderosos (el/la que mas grita, el/la que mas abogados/as puede pagar, el/la que mas cobertura tiene en medios, los/as que tienen el poder político). Siempre lo ha sido, siempre se lo ha criticado. Difícil tarea que como sociedad no hemos podido lograr. En lo social, nos queda menos cohesión. Se lee a dos bandos, cegados en insultos a “los/as otros/as”. Si no nos damos cuenta que somos los mismos no avanzaremos muchos más.

No hay una posición absoluta, por los diferentes efectos de este proceso. Quienes buscan ganar a cualquier costo, seguirán polarizados. Los unos festejando, aunque no deberían, y los otros en papel de victimas de un sistema "supuestamente" injusto. Aunque se harán presentes mediante su control de titulares y monopolio de opinión. Algo que podría ser "injusto". Beneficios y costos de lo que pasó son importantes. No hay balance. Ojala y sirva para reflexionar como sociedad en el país que queremos. Pensar en los beneficios ayuda a avanzar, pero pensar en los costos ayuda a corregir (evitar) errores y problemas. Eso aplica a los involucrados en el juicio, y a todos/as como sociedad.

13 de febrero de 2012

En América

Sobre las "cumbres" en América
Andrés Mideros Mora

El próximo 14-15 de Abril se realizará la VI “Cumbre de las Américas” en Colombia.  La polémica se inició en la última Cumbre del ALBA, cuando el Presidente Rafael Correa propuso que los países miembros (del ALBA) no asistan a la Cumbre de las Américas en el caso de que Cuba no sea invitada. Las reacciones no se han hecho esperar. Por su parte, Colombia ha iniciado las gestiones diplomáticas, mientras que Estados Unidos ha señalado su (esperada) posición.

El tema se puede analizar desde muchos ángulos y ser parte de un interesante y largo debate sobre relaciones internacionales, integración, rol de organismos multilaterales, derecho internacional, entre otros. En esta breve reflexión, me quedo en algunas ideas generales. Positivo el ambiente de sana diplomacia propuesto por Colombia. La Cumbre de las Américas reúne a los/as Jefes/as de Estado de la región. Cuba ha manifestado que desea asistir, y varios (la mayoría, posiblemente todos menos uno) quieren que asista.

Si la Organización de Estados Americanos (OEA) no representa el sentir de los Estados que la conforman, no tiene sentido su existencia. Si la Cumbre de las Américas por ausencia de un Estado no refleja el sentir de la región, no tiene sentido. Los hechos son claros, y Estados Unidos debe dejar de manejar sus relaciones con el resto de América con prepotencia. Si no lo hace, no tiene sentido que asista.

Adecuada, en mi opinión, la posición del Gobierno ecuatoriano al dar coherencia a la política de integración regional que se ha planteado. Se busca un esquema de relaciones regionales inclusivo y entre iguales. Las relaciones de poder en la región han cambiado, y deben considerar el sentir de los pueblos. La diplomacia (es deseable) buscará las formas, pero el mensaje debe ser claro. Que se entienda que a nivel regional, en América, se deben terminar las imposiciones políticas, económicas y militares. Que se invite a todos, que vaya el que quiera, y que la(s) Cumbre(s) sirva(n) a los intereses de los pueblos.